Se trata de un sistema de sanación que cura enfermedades en distintos planos, sean estos: Fisico, mental y karmico. Es un proceso de sanación completo que resuelve la causa de la enfermedad o dolencia, no se trata de eliminar solo los síntomas de las enfermedades, sino las causas que los generan. A través del proceso de sanación, retornamos al estado de alineación con nuestros Seres Superiores.
Es una técnica guiada espiritualmente que proporciona energía generadora de vida. El profesional en Reiki recibe esta energía y la canaliza, a través de sus manos, al cuerpo del cliente, de este modo se trabaja con los centros de energía que residen en el cuerpo, llegando así a reestablecer el sentido de equilibrio y bienestar.
Reiki es uno de los regalos mas maravillosos que se puede recibir y compartir, el Reiki es amor universal, compasión, armonía y equilibrio que inculca a quien lo recibe y entrega una sensación de armonía y plenitud.
Orígenes del Reiki
Los orígenes de el sistema de sanación Reiki son inciertos, según la canalizadora Laviel Steinhice, Reiki nació en el mismo planeta que llevo a la tierra los Dioses y Diosas de muchos brazos, siendo esta cultura la que arraigo en la India pre – patriarcal. La divinidad hindú que hoy conocemos como Siva, y que era femenina en su origen, se encargó de traernos el Reiki. En el diseño del organismo humano para este plantea, Reiki quedó incorporado al código genético y por tanto es un derecho innato de todos los humanos.
Los representantes de la cultura raíz MU abandonaron ese continente para ir a poblar lo que hoy se conoce como la India y el Tibet. Llevaron con ellos el Reiki y así fue como sobrevivió a la desaparición de MU.
La historia del Reiki tradicional empieza a mediados del XIX con el japonés Mikao Usui decano de la universidad Doshisha de Kyoto y sacerdote cristiano quien se propuso averiguar como curaban Jesús y Buda y lo pudo redescubrir en los ancestrales fragmentos de la antigua cultura Sivaíta, en las enseñanzas esotéricas de la India.
Mikao Usui sufrió la persecución y opresión de las jerarquías cristianas del Japón; quienes le advirtieron que no debía hablar de tal procedimiento de curación, ni mucho menos darlo a conocer. Fue así como Usui desvió sus investigaciones a través del Budismo. A partir de esto no se registra ninguna nueva mención de su persona como cristiano y sacerdote, sino como Budista residente en un monasterio Zen a su regreso al Japón.
